Segunda revolución industrial (1870-1914)
Leer el siguiente texto y responder:
1- Menciona los países que desarrollaron la industria.
2- Explica el concepto División Internacional del Trabajo.
3- ¿Cómo participaron los estados en el desarrollo industrial?
4- Mencionar las nuevas formas de energía y los inventos de la época.
5- Explicar las características y objetivos del taylorismo.
En esta nueva etapa de la revolución, Gran Bretaña fue otra vezel país que lideró el proceso, pero esta vez también fueron protagónicos Alemania, Francia, Estados Unidos y, más tarde, Japón.
La Segunda Revolución Industrial implicó el triunfo del maquinismo y de la gran empresa por sobre la mediana y pequeña, el aumento a gran escala de la producción y la expansión del mercado mundial de productos. Esto generó un nuevo tipo de competencias entre las potencias que comenzaron a desarrollarse. Primero, los Estados optaron por ampliar su mercado interno, es decir, la producción y la compraventa de bienes al interior de cada frontera. Para esto, algunos países aplicaron aranceles con el objetivo de proteger la producción de sus industrias frente a la competencia exterior. Además, para que el mercado interno funcionara, debían contar con una importante cantidad de consumidores con capacidad adquisitiva.
Una de las novedades que trajo esta revolución fue que los países
europeos comenzaron a exportar capitales, además de desarrollar productos manufacturados. Las regiones no industrializadas cobraron relevancia en tanto lugares donde se buscaba invertir y vender productos. Gran Bretaña, por ejemplo, comenzó a exportar ferrocarriles a países como la Argentina, trasladando la maquinaria, la energía para moverla, las vías para movilizar los trenes y hasta el capital humano para manejarlos. Esta nueva disposición mundial y la conexión más intensa entre los países consolidó la división internacional del trabajo. Algunos países se dedicaron a producir y exportar manufacturas y capitales, como los Estados que desarrollaron la Segunda Revolución Industrial; y otros, a producir y exportar materias primas, como los países latinoamericanos.
europeos comenzaron a exportar capitales, además de desarrollar productos manufacturados. Las regiones no industrializadas cobraron relevancia en tanto lugares donde se buscaba invertir y vender productos. Gran Bretaña, por ejemplo, comenzó a exportar ferrocarriles a países como la Argentina, trasladando la maquinaria, la energía para moverla, las vías para movilizar los trenes y hasta el capital humano para manejarlos. Esta nueva disposición mundial y la conexión más intensa entre los países consolidó la división internacional del trabajo. Algunos países se dedicaron a producir y exportar manufacturas y capitales, como los Estados que desarrollaron la Segunda Revolución Industrial; y otros, a producir y exportar materias primas, como los países latinoamericanos.
En esta nueva etapa industrial, el Estado no fue un actor pasivo, sino
que apoyó la construcción de infraestructura como los tendidos para el ferrocarril y las carreteras; también llevó a cabo la protección de los mercados internos y favoreció la exportación mediante políticas impositivas. Además, comenzó a utilizar los resortes de la administración pública para beneficiar a las actividades económicas más competitivas. Uno de los aspectos clave fue la educación, que permitió la creación de escuelas técnicas para la formación de profesionales calificados.
que apoyó la construcción de infraestructura como los tendidos para el ferrocarril y las carreteras; también llevó a cabo la protección de los mercados internos y favoreció la exportación mediante políticas impositivas. Además, comenzó a utilizar los resortes de la administración pública para beneficiar a las actividades económicas más competitivas. Uno de los aspectos clave fue la educación, que permitió la creación de escuelas técnicas para la formación de profesionales calificados.
Muchos de los elementos que se utilizan en la actualidad en
las industrias y en la cotidianidad, como el petróleo, el automóvil y el trabajo en cadena, comenzaron a aparecer a partir del
último cuarto del siglo XIX con la Segunda Revolución Industrial.
Esta segunda fase se diferencia de la primera por los nuevos
tipos de energía utilizados, sin descartar los ya existentes. Por
otro lado, en esta segunda etapa de la revolución, los avances
de la ciencia repercutían pronto en la industria que, además,
financiaba la investigación científica aplicada.
Al vapor se sumaron la energía eléctrica y el uso del petróleo y el gas natural. Estas energías permitieron el desarrollo de algunos de los inventos más importantes que favorecieron la industrialización y modificaron la vida cotidiana para siempre. Con el uso del petróleo, por ejemplo, se inventaron los motores de explosión, que reemplazaron los motores a vapor; la electricidad permitió la aparición del alumbrado público, que mejoró las condiciones de vida en las ciudades, y también la del telégrafo eléctrico, que mejoró las vías de comunicación. En esos años también se inventaron el fonógrafo y el cinematógrafo, la primera máquina capaz de proyectar películas en el cine.
las industrias y en la cotidianidad, como el petróleo, el automóvil y el trabajo en cadena, comenzaron a aparecer a partir del
último cuarto del siglo XIX con la Segunda Revolución Industrial.
Esta segunda fase se diferencia de la primera por los nuevos
tipos de energía utilizados, sin descartar los ya existentes. Por
otro lado, en esta segunda etapa de la revolución, los avances
de la ciencia repercutían pronto en la industria que, además,
financiaba la investigación científica aplicada.
Al vapor se sumaron la energía eléctrica y el uso del petróleo y el gas natural. Estas energías permitieron el desarrollo de algunos de los inventos más importantes que favorecieron la industrialización y modificaron la vida cotidiana para siempre. Con el uso del petróleo, por ejemplo, se inventaron los motores de explosión, que reemplazaron los motores a vapor; la electricidad permitió la aparición del alumbrado público, que mejoró las condiciones de vida en las ciudades, y también la del telégrafo eléctrico, que mejoró las vías de comunicación. En esos años también se inventaron el fonógrafo y el cinematógrafo, la primera máquina capaz de proyectar películas en el cine.
En la Segunda Revolución Industrial se experimentaron nuevas formas de organizar la producción y el trabajo dentro de las industrias. La producción aumentó, las fábricas comenzaron a ser cada vez más grandes e incorporaron una mayor cantidad de trabajadores. La nueva forma de producción fue el taylorismo, un método de trabajo ideado y aplicado por Frederick Taylor. Este sistema establecía que cada obrero realizara una parte de una pieza en una cadena de montaje, en un tiempo determinado. El objetivo era mecanizar el trabajo de los obreros y aumentar su nivel de producción a través de la división de tareas en el proceso de fabricación. Una de las fábricas que adoptó el sistema taylorista fue la Ford Motors Company de Ohio, Estados Unidos. En su fábrica de Detroit se armaron en la cadena de montaje los primeros autos Ford T. El dueño de la fábrica, Henry Ford, incorporó al taylorismo un aspecto social. Decía que cada obrero de su fábrica debería ganar lo suficiente como para comprarse uno de los autos que fabricaba.
Los buenos sueldos garantizaban un aumento del consumo y el alejamiento de los obreros de las ideas revolucionarias, lo que aseguraba su incorporación al sistema como productores-consumidores-propietarios. Esta nueva visión del taylorismo se denominó fordismo y llevó adelante la cadena de montaje.
Los buenos sueldos garantizaban un aumento del consumo y el alejamiento de los obreros de las ideas revolucionarias, lo que aseguraba su incorporación al sistema como productores-consumidores-propietarios. Esta nueva visión del taylorismo se denominó fordismo y llevó adelante la cadena de montaje.
Historia 3 / Damián Dolcera ... [et al.]. - 1a ed. edición para el alumno. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Tinta Fresca, 2015