Los trabajadores durante la última dictadura cívico-militar (1976/1983)
Conocer las condiciones de la clase trabajadora durante la última dictadura cívico-militar resulta fundamental para poder valorar la importancia de la democracia como forma de vida.
Para empezar a trabajar te proponemos la siguiente lectura:
La Reforma Financiera de 1977, en conjunción con la arancelaria y el endeudamiento externo, derivados de la apertura de 1979, promovió una reestructuración regresiva del sector industrial. Ésta implicó una desindustrialización en términos agregados (es decir que hubo un descenso en la participación del sector industrial en el PBI), que además tuvo un impacto heterogéneo sobre las distintas ramas, y provocó un proceso de concentración económica. En este contexto, se produjo un incremento exponencial del endeudamiento externo, el cual estuvo vinculado en forma creciente al proceso de valorización financiera.
Dirigentes y activistas fueron muertos, presos, desaparecidos, exiliados. Las cifras, aunque imprecisas, tienen contornos siniestros y horrorosos; se cuentan no por individuos sino por centenares, por miles. Hubo ejecuciones en las fábricas y violencias físicas y psicológicas tendientes a aterrorizar a los obreros. Se prohibieron asambleas y reuniones. Se montó un sistema complejo de prevención: el reclutamiento obrero comenzó a hacerse de modo provisional; solamente después de informar a inteligencia de las fuerzas de seguridad y recibida la respuesta de éstos se adquiría una relativa estabilidad en el trabajo. Es obvio que un antecedente como activista impedía el acceso.
El 67% de los desaparecidos son trabajadores, y fundamentalmente se apuntó a destruir a los activistas, delegados, y algunos secretarios generales (…). A nivel de los dirigentes intermedios fue tremendo, porque había que fracturar ese poder posible de los trabajadores organizados: eran los delegados de fábrica, los militantes los que construían todos los días ese poder que tenía la clase trabajadora. Ahí apuntó sin lugar a dudas la dictadura militar y fue sin piedad. Se entraba a una fábrica, se la tomaba por el Ejército, y delante de todo el personal se nombraba a los que habían sido delegados o militantes. Se los llevaban, desaparecían, y después terminaban muertos, 15 o 20 días después, tirados en las puertas de las fábricas o en los basurales.
A estas formas de represión el gobierno de facto sumó la intervención de la mayoría de los grandes sindicatos y federaciones, que comenzaron con la de la central nacional de trabajadores, la Confederación General del Trabajo (CGT).
Una serie de normas establecieron el congelamiento de la actividad gremial, como la Ley 21.261 del 24 de marzo de 1976 que suspendió el derecho de huelga; la Ley 21.356 de julio de 1976, que prohibió la actividad gremial, es decir asambleas, reuniones, congresos y elecciones, facultando al Ministerio de Trabajo a intervenir y reemplazar dirigentes dentro de los establecimientos fabriles; la Ley 21.263 del 24 de marzo de 1976 que eliminó el fuero sindical; Ley 21.259 del 24 de marzo de 1976, que reimplantó la Ley de Residencia, en virtud de la cual todo extranjero sospechoso de atentar contra la “seguridad nacional” podía ser deportado, la Ley 21.400 del 9 de septiembre de 1976, denominada de “Seguridad industrial”, que prohibió cualquier medida concertada de acción directa, trabajo a desgano, baja de la producción, entre otras.
En Ford, como en otras fábricas, se produjo un hecho inédito: el ejército entraba en las plantas fabriles y se instalaba en el mismo lugar de trabajo. Los obreros tenían que trabajar con los fusiles apuntándoles. A los ritmos infernales, contra los que no podían protestar, y el aplastamiento de viejas conquistas relativas a derechos individuales, se sumaba la intimidación directa del Ejército. En el campo de deportes de Ford estuvo instalada durante mucho tiempo una guarnición del Primer Cuerpo del Ejército. Alrededor de 100 delegados fueron detenidos, desmantelándose totalmente la comisión interna. Muchos trabajadores fueron sacados de sus puestos, al pie de las máquinas y detenidos con un destino siempre incierto. Muchos de ellos integraron luego las listas de desaparecidos.
Textos tomados de https://www.comisionporlamemoria.org/archivos/educacion/memoria-en-las-aulas/dossier13.pdf
Responde
1- El primer párrafo comenta la política económica de la dictadura, ¿cómo crees que afectó a los trabajadores?
2- ¿Qué medidas de represión tomaron los militares contra los trabajadores?
3- ¿Cuál es tu opinión con respecto a las leyes laborales de la dictadura?
4- Imagina que eres un obrero de Ford en dictadura. Escribe un relato en primera persona acerca de las sensaciones surgidas del hecho de trabajar en ese contexto represivo.
5- A partir de todo lo analizado, ¿por qué es importante vivir en democracia?